Quien apuesta a ganador, tiende a
ganar y esta no es la excepción. Es como jugar con Messi, Maradona y Pelé, todos
para el mismo equipo. Lo que se
vislumbra es lo esperable, lo inevitable; un éxito que se manifiesta con risas,
aplausos y gente de pie que celebra esta yunta y la agradece.
Esta enorme ofensiva está compuesta
por tres grandes de la actuación que el público y la crítica tanto admira y
respeta, y que a través de los años han logrado ser pilares fundamentales del
espectáculo nacional. Ricardo Darín, el pródigo del cine Argentino con Oscar incluido
en su haber, alejado un tiempo de las tablas luego de su gran éxito “ART” (cuya
última presentación fue en 2010), vuelve para interpretar junto a Valeria
Bertuccelli, tan recordada y querida por varios personajes en la pantalla
grande, aún hoy en el imaginario colectivo como la Tana Ferro, también vuelve a
los escenarios. Pero como si esto fuera
poco la obra ésta vez la dirige Norma Aleandro, ganadora de un Oscar y protagonista
de las mejores películas del cine Argentino sin dejar de destacar su gran labor
sobre las tablas, con trabajos como “Master Class” un hito del Teatro Argentino,
ahora como directora, ¿qué más se puede pedir?
Escenas de la vida conyugal de Ingmar Bergman, en la versión de
Fernando Masilorens y Federico González del Pino, cuenta la historia de una
pareja: Juan y Mariana, que presos de rutina que termina por divorciarlos llevan
adelante ese divorcio, esa etapa tan particular entre el amor y el odio. Y el poder de la obra consiste en eso, la
gran identificación en el público, dado que como anticipa el nombre, son
escenas de la vida por las todos hemos pasado alguna vez o hemos vivido de
cerca y ese es el secreto. Contar una
historia común a todos, magistralmente interpretada por Ricardo y Valeria,
actores a los que se les nota el oficio, la gran experiencia pero por sobre
todo, la gran química que se da entre ellos que ya han interpretado en otras
ocasiones a una pareja. El amor con que
hacen la obra y lo que se divierten, se percibe en el aire y el público lo
celebra.
Cabe destacar que el haber
interpretado ésta misma obra por parte de Norma Aleandro en los años noventa
(junto a Alfredo Alcón) le da otra mirada, una perspectiva mucho más profunda.
La obra además cuenta con la
escenografía de Juan Lepes (escenografía), el vesturario de Renata Schussheim,
la iluminación de la mano de Omar Possemato y la producción ejecutiva de José
Luis Mazza.
Escenas de la vida conyugal es
una obra fundamental, un golazo del Teatro Maipo, al cual asistir para
deleitarse con este trío maravilloso pero también para reír, divertirse y reflexionar
sobre temas tan humanos y cotidianos como el amor, la pareja, la falta de
pasión, la rutina y como continuar después de un divorcio, temas sobre los que
cualquier espectador se sentirá identificado.
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